Blog de Carla Marín

Vivimos en una época compleja. El stress aumenta. Hemos alcanzado un nivel tecnológico increíble para comunicarnos, pero la gente se siente cada vez más aislada. Estos factores hacen que seamos más volátiles, más impacientes y con mayor inclinación al conflicto, la retirada o a la no-acción. Todo esto hace más difícil resolver los problemas reales que enfrentamos tanto individual como colectivamente.
Sin embargo, debido a la creciente complejidad del mundo en que vivimos, todos debemos desarrollar más conciencia y habilidades para manejar nuestras emociones –y las de otros- de una manera más efectiva. Es aquí donde la inteligencia emocional se convierte en fundamental para nuestro bienestar.

Un buen número de investigaciones recientes demuestran que las habilidades de la inteligencia emocional pueden ayudar a las personas a:

– Obtener más resultados.
– Ser y sentirse más saludable.
– Tomar mejores decisiones.
– Formar relaciones más estrechas.

¿Qué es Inteligencia Emocional?

Inteligencia emocional es ser inteligente con las emociones. Desde esta perspectiva podemos usar las emociones como una fuente de información para asistir en el proceso de la toma de decisiones efectivas.

La inteligencia emocional se encuentra presente durante toda nuestra vida, en todas las situaciones a las que nos vemos enfrentados y nos acompaña en la toma decisiones, tanto en las que nos parecen afortunadas como en aquellas que no lo han sido tanto. Son precisamente las competencias de inteligencia emocional las que nos ayudan a ser más felices, efectivos y asertivos en lo que hacemos, sin importar, si es algo con otras personas, si nos referimos a nuestra vida privada o lo hacemos en relación con nuestra vida profesional. ¿A quién no le ha pasado que fruto de una emoción del momento ha tomado decisiones o dicho cosas que después se ha arrepentido? Seguramente a todos nos ha pasado en más de una ocasión en nuestra vida. Entonces ¿qué pasaría si lográramos potenciar nuestras habilidades en este campo, que nos ayudara a ser asertivos y lograr lo que queremos? Claramente nuestros resultados serían diferentes y con ello la satisfacción que obtendríamos también lo sería. Cuando hablamos de inteligencia emocional no estamos refiriéndonos solamente a las emociones, sino que la inteligencia emocional es lo que nos ayuda a utilizar tanto nuestro lado racional como las emociones que tenemos en nuestro interior, para que en un trabajo conjunto logremos sacar lo mejor de nosotros, resolver de forma efectiva los desafíos que tenemos y mejorar nuestro bienestar y calidad de vida, mientras seguimos construyendo relaciones satisfactorias y siendo efectivo en nuestros resultados. Dicho de otra forma, ser inteligente con las emociones nos ayuda a utilizar de mejor forma tanto la razón como la emoción para expandir nuestras capacidades.

Las Bases de la Inteligencia Emocional

Los psicólogos Peter Salovey -presidente y catedrático de psicología de la Universidad de Yale- y Jack Mayer -catedrático de psicología de la Universidad de Nuevo Hampshire- publicaron la primera definición académica de inteligencia emocional en 1990, y han seguido siendo investigadores destacados en el campo. En parte, su interés se despertó cuando se dieron cuenta que las definiciones convencionales de inteligencia no eran adecuadas, porque las personas con un “alto CI” con frecuencia tomaban malas decisiones. Empezaron a explorar el elemento que faltaba y mostraron, en un laboratorio, que las personas podían “ser inteligentes” con sus sentimientos. Al mismo tiempo, un académico llamado Reuven Bar-On empezó a evaluar cómo aspectos de la conducta social y emocionalmente inteligente se relacionaban con el desempeño organizacional. Desde ese entonces, cientos de libros y miles de proyectos de investigación han explorado el concepto. Hoy en día existen muchas mediciones estadísticamente confiables de inteligencia emocional y competencia emocional, y estas mediciones se están utilizando para demostrar el nexo entre la inteligencia emocional y el desempeño en el trabajo, en la casa y en la comunidad ¹.

¹The Business Case for Emotional Intelligence

Las investigaciones han brindado evidencia clara de que los líderes emocionalmente inteligentes son más efectivos y exitosos.

El término “inteligencia emocional,” se popularizó alrededor de 1995 cuando Daniel Goleman publicó su best seller “Inteligencia Emocional, Cómo puede ser más Importante que el CI”. En su trabajo, Goleman aseguraba que los factores como la autoconciencia, autodisciplina y la empatía determinaban el éxito personal y profesional. Se inspiró en el trabajo de muchos científicos y autores de renombre quienes estaban trabajando en definir y medir las habilidades de inteligencia emocional.

Goleman postulaba que esta capacidad ayudaba a reconocer los propios sentimientos y también los ajenos, además de contar con la habilidad de poder controlarlos. Una persona que cuenta con una buena inteligencia emocional es muy hábil en las situaciones sociales y emocionales, ya que construyen relaciones sólidas, enfrentan situaciones compleja de la mejor forma y toman decisiones correctas.
A veces nos quedamos estancados en lo emocional y nos llegamos a sentir verdaderamente abrumados. Otras veces, tratamos de no dar cabida a las emociones y no transitarlas, dejando pasar importantes señales. Ninguno de los extremos es muy efectivo, pues utilizar la inteligencia emocional es precisamente aplicar las emociones y pensamientos en conjunto, para alcanzar un balance.

Es muy importante contar con esta habilidad debido que nos permitirá controlar mejor nuestros impulsos, podremos empatizar con otras personas, regularizaremos los estados de ánimo y, además, lograremos motivarnos cuando estemos más decaídos.

Entonces, ¿por qué es importante para la vida la inteligencia emocional?

Manejar este concepto nos permitirá entender la importancia de las emociones y su rol en las funciones psicológicas cuando estemos enfrentando situaciones complejas o adversas, como por ejemplo, conflictos con un compañero de trabajo, alguna perdida dolorosa personas, la capacidad de levantarse a pesar de un fracaso o el vivir algún riesgo en la vida. El reaccionar positivamente o superando las vicisitudes que te da la vida, es lo que te entrega un buen nivel de inteligencia emocional, por ello es muy importante conocerla y manejarla.
Nuestro nivel emocional repercute directamente en cuatro dimensiones:

– La efectividad.
– La calidad de vida.
– El bienestar personal.
– Las relaciones interpersonales.

“El cociente de inteligencia emocional (CE) tiene el doble de poder del CI para predecir el desempeño”.²
² Fuente: The Business Case for Emotional Inteligence.

Los líderes que poseen altos niveles de inteligencia emocional generan un clima laboral propicio para el alto desempeño. Estos lugares de trabajo elevan la productividad y retención del talento, y logran alcanzar rentabilidad significativamente mayores.

Nuestros cerebros necesitan de las emociones para evaluar y sopesar las decisiones.

La evidencia es cada vez más convincente. Las habilidades de inteligencia emocional se pueden aprender y medir, estas generan un impacto significativo en el desempeño organizacional.

Si te interesa conocer más sobre la inteligencia emocional y tener más herramientas para desarrollarla, te invito a inscribirte a mi mail: carla@coachcarlamarin.cl ya que próximamente estaré organizando un taller sobre este tema.

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